TERMINO
COMO EL ROSARIO DE AMOZOC debido a ¿UNA MUJER DE PELO EN PECHO?
¡Hey!
En esta ocasión debido a la celebración del Día de Muertos en México, voy a
contarles la historia del Rosario de Amozoc que ocurrió en un pueblo conocido por
sus hermosas artesanías mexicanas. Amozoc es una población del estado de Puebla
que ofrece atractivos singulares al visitante y al coleccionista.
La
leyenda ha sido contada de diferentes maneras ya que ha pasado de generación en
generación, sin embargo la que hoy les mostrare es una recopilación de la ENCICLOPEDIA
“MÉXICO DESCONOCIDO” tomo VI, que se publicó en Mayo de 1997.
EN
AMOZOC NO SOLO ESPUELAS Y ROSARIO
Un
“rosario en latín que tuvo un mal fin” forma parte importante de las leyendas
de la ciudad.
A
escasos 14 Km. de la ciudad de Puebla y a orilla de la carretera 150, que va a Tehuacán
, está situada la población que tanta fama tiene por los objetos de plata y de
hierro que ahí se hacen, entre los cuales destacan las espuelas y frenos, las
crucetas y empuñaduras de machetes y las espadas.
TODO
PARA LOS CHARROS
También
confeccionan aretes de plata con los símbolos de Amozoc; las espuelas. Los
mejores charros de la república e incluso los que no lo son, pero en ocasiones
gustan de vestir como tales, encargan a los orfebres de la localidad que
elaboren para ellos no solo espuelas, sino todo aquello que realza el traje
charro, así como algunos de los arreos que llevan las sillas y los caballos.
La orfebrería se inició en
la época en que los franciscanos vivieron en Amozoc, quizá alguno de ellos era
toledano o conocía los secretos para labrar el metal y los transmitió a algunos
lugareños, con la firme intención de
fabricar candelabros, ostentorios, pantenas y otras piezas usadas en el culto
se conservan algunas de estas joyas.
Con
el tiempo se fueron modificando los trabajos y empezaron a ser coleccionados en
las casas de las familias pudientes.
Al
imponer la historia los inevitables cambios, los orfebres de Amozoc comenzaron
a fabricar accesorio y utensilios para la charrería. Las espuelas que aquí se
fabrican son de cuatro hilos o costillares, o bien cortas con una rodaja
especial para colear. En verdad el tipo o estilo no importan; todas son
bellísimas y de ellas alguien dijo “espuelas de Amozoc cuyo pavón no borra el
tiempo, ni el andar maltrata”.
EL
ESCENARIO DEL DRAMA